Cirugía Plástica, antes del quirófano
- Dr. José Francisco Morales-Ruthmann
- 10 nov 2020
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 21 abr 2021
Someterse a los rigores del bisturí para embellecer es una opción que se ha de estudiar bien y que jamás debe tomarse a la ligera…

Para hablar de cirugía plástica es preciso hablar de armonía e incluir la ciencia en el sentido de manejar, conservar o recuperar la función, transferir y mantener viables los tejidos; y al arte, en el sentido de manejar la forma, recuperar o mejorar el aspecto anatómico dentro de los parámetros estéticos y visualizar el resultado final. Por esta razón, la forma y la función son inseparables y se les ha de dar igual importancia en una cirugía plástica, observando el siguiente axioma:
“Lo que es bello funciona bien y lo que funciona bien es bello”
Pero para que esto se cumpla y aporte resultados positivos, antes de entrar al quirófano es indispensable evitar los riesgos del desconocimiento, así como observar y estudiar todas las variables involucradas:
1. Motivaciones: Analiza a fondo las razones por las que deseas someterte a una plástica y responde con sensatez: ¿Qué te molesta? ¿Qué quieres resolver? ¿Una inconformidad estética, personal o del alma?
No olvides que un cirujano plástico puede arreglar la nariz, aspirar la grasa, estirar la piel o levantar lo que se ha caído… Pero jamás podría reconstruir un mal matrimonio, aspirar una baja autoestima, estirar el amor propio ni levantar el ánimo. Para ello lo más conveniente es que busques la ayuda de un profesional en la materia, que puede ser un psicólogo o un psiquiatra calificado.
Para ayudarte a resolver el asunto y conocer tus motivaciones reales, a continuación te ofrecemos un sencillo cuestionario. Sólo tienes que responder con sinceridad verdadero o falso:
1. Si resuelvo mi físico, arreglo mi vida.
2. Soy infeliz con mi cuerpo y con mi rostro.
3. No quiero verme en el espejo. Los evito!
4. Me escapo y escondo de las fotos y vídeos.
5. Todos saben y notan mis defectos.
6. Siento vergüenza de mi apariencia.
7. Sólo son felices las personas bonitas.
8. Quiero alcanzar la perfección física.
Resultado: Si respondiste “verdadero” a cuatro de las afirmaciones, quiere decir que tu autoestima está muy baja y debes pensarlo bien, pues el chance de que sientas frustración respecto a los resultados es muy alto. Pero si no te identificaste con ninguna de ellas o tus respuestas fueron en su mayoría “falso”, entonces puedes pasar al siguiente paso.
2. Escoger al cirujano plástico: Éste es un punto clave para el éxito de tu cirugía. Por ley, los cirujanos plásticos son los únicos médicos autorizados y capacitados para realizar estas intervenciones, garantizar técnicas, resultados y controles sanitarios seguros y precisos. Toma en cuenta que no estás comprando ropa ni inscribiéndote en el gimnasio, por lo que no debes arriesgar tu salud ni tu vida por el precio más bajo; que si bien es un factor importante, no debe se determinante para decidir. Una buena opción podría ser pedir a otros médicos conocidos que te recomienden algún cirujano plástico de su confianza, a quien hayan remitido pacientes y comprobado referencias. También puedes hablar con amigas que se hayan practicado alguna intervención del mismo tipo y hayan tenido una buena experiencia; sin olvidar que cada paciente, cada cirugía y sus resultados son únicos. Es prudente que consultes a más de un especialista para elegir al mejor -dos o tres sería más que sificiente-, y recurrir sólo a médicos con postgrado en cirugía plástica, que trabajen en clínicas o centros reconocidos y que posean las condiciones para evitar los riesgos de cualquier intervención quirúrgica. Tomando en cuenta que, toda cirugía, por más sencilla que parezca, ha de ser practicada en un quirófano totalmente equipado que brinde las máximas garantías a los pacientes. Asesórate sobre los antecedentes y experiencia del médico, busca en internet y en las redes sociales, y verifica sus credenciales; que si bien no es garantía de un resultado exitoso, sí aumenta los puntos a favor. Igualmente debes tener en cuenta que la capacidad y el talento de un médico no son resultado de la publicidad, del tamaño ni de la decoración de un consultorio, ni de la cantidad de seguidores que tenga en instagram, sino de un buen currículo, de los estudios realizados, de su destreza y experiencia. Las sociedades médicas y de cirugía plástica, exhortan a desconfiar de médicos de otras especialidades, sobre todo de los llamados esteticistas o cirujanos estéticos, especialidad que ni siquiera existe. Del mismo modo, previenen de noticias sensacionalistas que promueven personas, técnicas o instituciones que venden esos tratamientos fabulosos y que siempre aparecen en publicaciones poco serias. Finalmente, debes considerar que ésta es una tarea que demanda tiempo y criterio; pero si eliges cuidadosamente a tu cirujano y éste llena tus expectativas y te asegura resultados racionales y posibles, lo más probable es que tu cirugía sea todo un éxito. Así que ya puedes dar el siguiente paso…
3. La primera consulta: Se trata de un evento trascendental, tanto para ti como para tu médico, pues ese día se conocerán, iniciarán la relación médico-paciente y establecerán una opinión con respecto al otro. Uno de sus objetivos es que al terminar no queden dudas y tú tengas un criterio sano y responsable de lo que quieres y puedes esperar, para que finalmente decidas, en el menor tiempo posible, si operarte o no y cuándo. Para facilitar las cosas, te sugerimos llevar una lista con preguntas concretas, breves y racionales, sobre tus inquietudes, expectativas, necesidades y temores; tratando de no abusar del tiempo ni de la condescendencia del cirujano, ni de los otros pacientes que esperan para ser atendidos. Y si prefieres ir con un acompañante, recuerda que tú eres el paciente, y por tanto, tú has de llevar la conversación, interrogar y argumentar cuando sea necesario.
Del mismo modo, debes colaborar en la elaboración de tu historia clínica, dando todos tus datos personales, el motivo de la consulta, antecedentes familiares y de salud (si tienes o has padecido alguna enfermedad, otras intervenciones quirúrgicas -estéticas o de cualquier índole-, alergias a medicamentos o de cualquier tipo, toma de drogas o medicinas, prescritos o no), y todo lo que el especialista considere pertinente. Ten presente que cualquier omisión, negación u olvido, por más trivial que parezcan, pueden afectar la cirugía, sus resultados y hasta tu vida. Por su parte, el cirujano plástico -no su ayudante ni enfermera- está en la obligación de escucharte con atención y de explicarte los detalles de la técnica que considera conveniente y de todos los riesgos, beneficios y posibilidades de éxito que ésta implica. Luego, debe darte las recomendaciones preoperatorias, hablarte sobre la anestesia, decirte en qué quirófano piensa operarte, cómo será la hospitalización y con qué presupuesto debes contar; así como las observaciones, limitaciones, restricciones y tiempo para el postoperatorio, el reposo y la recuperación, para que evalúes todos estos factores y estés preparada para hacer los arreglos necesarios, en caso de que resuelvas dar el siguiente paso.
4. Programando la cirugía: Si no conoces la clínica u hospital en donde se llevará a cabo tu operación, te recomendamos visitarla antes de fijar la fecha. No olvides que toda intervención, indistintamente de si requiere hospitalización o es ambulatoria, sea de corta o larga duración, y por más sencilla que parezca, ha de ser practicada en un quirófano totalmente equipado que ofrezca las condiciones para evitar riesgos y complicaciones; y que no sólo requiere un cirujano plástico calificado, cualificado y con experiencia, sino también todo un equipo médico con anestesiólogo, ayudantes y enfermeras. Tan pronto como confirmes que estás en las “mejores manos” y que vas por el camino correcto, empieza a organizar el preoperatorio, el postoperatorio y la recuperación. Por ejemplo, antes de decidir el día, has de calcular el tiempo que necesitarás para el reposo, pedir permisos en el trabajo, planificar quién te acompañará en la operación, quién te llevará a casa o quién te ayudará en la casa o con los niños. Si haces deportes, ejercicios o eres fanática de la playa, consulta el lapso que debes esperar para tomar el sol y practicar actividades físicas intensas. Igual si tienes algún viaje o evento importante a corto plazo. De la misma manera, el cirujano plástico te señalará si hay necesidad de hacerte masajes postoperatorios, para que de antemano llames y hagas cita con alguna masajista de su confianza. Y te indicará todo lo que deberás tener para el postoperatorio: implantes, fajas, cremas, productos o medicamentos necesarios.
5. El preoperatorio: Por más sencilla que sea la intervención a la que te vas a someter, es indispensable que antes de entrar en el quirófano te realices con tiempo pruebas de laboratorio, evaluación cardiovascular y rayos X de tórax, cuyos resultados tienen que ser completamente normales para evitar riesgos; en caso contrario, el médico te remitirá con otro especialista y juzgará la posibilidad de efectuar o no la cirugía. Por otra parte, deberá suministrarte por escrito todas las indicaciones preoperatorias:
1. Tomar antibióticos para prevenir infecciones, y un gramo diario de vitamina C, desde una semana antes.
2. Tomar medicamentos y alimentos naturales y antiinflamatorios, antes de la operación y después de ésta: árnica, piña y manzanilla.
3. En la evaluación preanestésica el mismo anestesiólogo o el cirujano plástico te indicará algún sedante suave, que deberás tomar la noche anterior y una hora antes de la intervención.
4. Si estás tomando aspirina (ácido acetilsalicílico), productos que la contengan o anticoagulantes, lo más recomendable es que los suspendas dos semanas antes, pues su acción prolonga la coagulación. Lo mismo pasa con las bebidas alcohólicas, con el agravante de que éstas disminuyen la respuesta inmunológica del organismo, haciéndolo más propenso a infecciones.
5. Si estás tomando anfetaminas, antialérgicos, drogas psicotrópicas, supresoras del apetito o cualquier medicamento, bien sea bajo prescripción médica, como parte de algún tratamiento o por tu propia cuenta, tienes que informárselo al cirujano plástico; las mismas deberán ser suspendidas o ajustadas.
6. El cigarrillo afecta y perjudica enormemente la cicatrización y trae problemas respiratorios durante la cirugía. De hecho, puede convertirse en tu peor pesadilla después de operarte. Por ello, lo más recomendable es que te olvides de fumar un mes antes y un mes después de entrar en el quirófano. Y si te animas a dejarlo para siempre, mucho mejor.
7. El día de la intervención debes permanecer en ayuno total, es decir, sin comer ni tomar absolutamente nada -sólo agua y los medicamentos prescritos-, desde las nueve de la noche del día anterior; incluso si la misma va a realizarse bajo anestesia local o después del mediodía.
8. Debes llevar ropa cómoda e ir acompañada por algún familiar o una persona de confianza que pueda llevarte después hasta tu casa (tú no podrás conducir), y que además esté junto a ti mientras permanezcas en recuperación y/u hospitalización.
9. Si sientes que te está afectando alguna gripe o virus, no tomes ningún medicamento por tu cuenta y avisa al cirujano y/o al anestesiólogo. Éstos te evaluarán y decidirán la conveniencia de operarte o de posponer la cirugía.
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